Pemex vs Equinor: en búsqueda de un nuevo modelo para México
Estrategias de desarrollo similares, en países distintos, pueden tener resultados opuestos. Un ejemplo son las empresas petroleras estatales, con las que los países han buscado maximizar los beneficios de la explotación del petróleo en su territorio. Mientras que unas aportan significativamente a las finanzas de sus países, otras, como Petróleos Mexicanos (Pemex), se han vuelto un lastre financiero.
El deterioro de la petrolera mexicana no es nuevo, pero los apoyos multimillonarios que le brinda el Gobierno federal sí han cambiado. Han incrementado hasta sumar a la fecha casi 2 billones de pesos y no se ha podido revertir la mala situación patrimonial: la empresa está en quiebra técnica. Es decir, sus pasivos son mayores a sus activos. De aquí que sea necesario un replanteamiento del modelo de negocios de Pemex.
El primer paso hacia una recuperación debe ser el diseño de un conjunto de cambios que, desde su modelo de negocio, frenen la erosión patrimonial de Pemex y detonen su valor económico sostenible.
Un modelo a seguir es el de Noruega y su empresa Equinor. Esta petrolera cuenta con ingresos por ventas similares a Pemex, pero paga casi el doble de impuestos. Las claves están en que su productividad por empleado es el doble, y su modelo de negocios está orientado a generar valor económico sostenible; es decir, rentabilidad con responsabilidad social. También cuenta con las mejores prácticas en gobierno corporativo, y órganos reguladores sólidos y técnicamente independientes.
Estamos convencidos de que Pemex tiene el potencial para contribuir de manera significativa a las finanzas públicas, pero debe reformularse y modificar su esquema de gobernanza. Desde México Evalúa, consideramos que una estrategia ganadora hacia este fin inicia revisando los modelos con los que operan las empresas estatales que sí son rentables. Esto no se logrará volviendo al pasado, sino mirando hacia el futuro.