Hacia la construcción de justicia en Coahuila
Por Chrístel Rosales (@Chris_Ros) | Vanguardia
La turbulencia ha sido la marca de 2020. En plena batalla contra la violencia e impunidad que aquejan al país, la contingencia impuso un tarea todavía más compleja: garantizar la justicia en medio de la pandemia y frente a una criminalidad que no da tregua.
Para ello, las instituciones públicas requieren emprender una ruta inmediata, que va desde el desarrollo de inteligencia y la atención diferenciada de demandas, hasta el uso innovador de tecnologías.
Sin embargo, nada será suficiente sin la construcción de confianza de la ciudadanía hacia las instituciones, pues sin ella la brecha entre los conflictos penales y la capacidad para resolverlos seguirá ampliándose. En 2018, Coahuila tuvo al menos 20 mil 582 víctimas del delito por cada 100 mil habitantes. Sin embargo, nueve de cada 10 casos no fueron denunciados y sólo dos de cada 100 casos denunciados obtuvieron respuesta efectiva.
La confianza parece ser un tema recurrente en el debate público, pero ausente en las acciones, aun cuando la transición hacia un sistema de justicia de corte acusatorio trajo consigo herramientas con potencial transformador en esa encomienda: controles judiciales, reparación del daño, oralidad y publicidad, por mencionar algunas.
Coahuila se ha convertido en pionera a nivel nacional en llevar a cabo sus audiencias de manera virtual. Sin duda esto puede implicar la reducción de barreras para acceder a la justicia. Otro dato importante: la instituciones en la entidad han aceptado participar en un proyecto colaborativo que aspira a mejorar la justicia mediante la evaluación, así como acercarla a diversas poblaciones.
Este año, desde México Evalúa realizaremos en Coahuila un profundo análisis sobre las fortalezas y brechas por cerrar en materia de justicia. Observaremos audiencias judiciales para tener una fotografía más precisa del desempeño de los operadores y de la garantía de derechos. Trabajaremos hombro a hombro con organizaciones y autoridades para conocer su perspectiva y experiencia y construir conjuntamente una hoja de ruta. También, a partir de encuestas y acercamientos con poblaciones en condición de vulnerabilidad, desplegaremos una estrategia para empoderar a la ciudadanía en la exigencia y ejercicio de sus derechos. Así buscamos ir cerrando la pinza. La confianza debe estar en el corazón de lo público. Nos necesitamos juntos, para enfocarnos en la transformación y construcción de la justicia.