El mundo en el que Dr. Simi es un héroe
Por Edna Jaime (@ednajaime) | El Financiero
Tiene mucha razón el Dr. López-Gatell cuando dice que la atención medica que reciben los mexicanos en los consultorios adyacentes a las farmacias no es la óptima. Que quizá puedan atander una gripita o una diarrea poco complicada, pero que no pueden tratar los padecimientos crónicos que van en aumento entre la población.
El Dr. López-Gatell sostiene que la regulación de esos centros es deficiente, pero también nos advierte que es mejor no moverle por ahora, porque las instituciones públicas de salud no pueden ofrecer el acceso y el servicio que los mexicanos necesitan y merecen. Dice que se perdió capacidad en el sistema de salud, pero que ésta se va a recuperar. Estamos obligados a recuperarla, doctor, no es que haya alternativa, y para ello necesitamos a cuadros de profesionales muy distintos a usted, que ha estado en el grupo de funcionarios que, si bien no ha operado el desmantelamiento directamente, lo observa sin mayor cargo de conciencia.
La semana pasada presentaba aquí algunos datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2021). Fueron pocos respecto a la gran cantidad de información que contiene el estudio. La selección de algunos indicadores estuvo motivada por algunas preguntas muy específicas que me formulé antes de revisarlos, y tenía que ver justamente con dos vertientes. La primera es la atención a la población abierta tras el desmantelamiento del Seguro Popular, la transición fallida al Insabi y el recién inaugurado esquema que le da la responsabilidad de la atención al IMSS-Bienestar, marcado todo este proceso por la desproporción entre la demanda y la oferta de servicios de salud para los sectores más vulnerables. La segunda, relacionada con la atención de enfermedades crónicas. Usted, Dr. López-Gatell, dice que los consultorios anexos a las farmacias no son aptos para la atención de estos padecimientos. Gracias, lo sabíamos… ¿Qué ofrece a quienes padecen enfermedades crónicas y no encuentran acceso en el sistema público?
Los recursos destinados al Insabi han decrecido, al tiempo en que una proporción importante de éstos se destina al fideicomiso del propio instituto. No sabemos cómo se usan una vez que ingresan a ese territorio.
Estos cuestionamientos no surgieron en el vacío. En México Evalúa tenemos una plataforma que da seguimiento a indicadores clave de finanzas públicas, de manera periódica. Su nombre es Números de Erario, y puede encontrarla en nuestro sitio de internet. Desde hace tiempo este monitoreo sistemático nos prendió una alarma en el tema del gasto en salud. Por eso, hay análisis periódico específico para él. Revíselo, estimado lector, aunque le recomiendo que tome asiento antes de hacerlo.
En una nuez, tenemos evidencia de las brechas de desigualdad de acceso a servicios de salud entre población asegurada y población abierta se hacen cada vez más grandes. Se rompe así con una tendencia positiva que se estaba logrando con el Seguro Popular: hacer converger el financiamiento y la atención para ambas poblaciones. Mucho se cuestionaba sobre la eficacia del Seguro Popular, sus desviaciones y, en algunos casos, sus problemas de gobernanza. Pero en los hechos estaba cumpliendo con su cometido, aunque no operara en un nivel óptimo.
El tránsito al Insabi fue fallido. Nunca acabaron de estar definidas sus reglas de operación; tampoco el catálogo de enfermedades que cubría. Que no le sorprenda al Dr. López-Gatell ni a nadie que los mexicanos se atiendan mayoritariamente en servicios privados, y en una proporción importante en los consultorios de farmacias a las que critica. Este dato de Ensanut es bien duro: sólo 14 por ciento de la población sin derechohabiencia se trató en servicios de la Secretaría de Salud cuando enfermaron de covid. El resto se las arregló como pudo. Algunos la libraron con la atención en servicios privados, otros perdieron la vida por falta de acceso. Es llamativo que el Dr. López-Gatell hable de desmantelamiento en tercera persona, pues lo correcto es que lo hiciera en primera.
Por el lado del financiamiento las cosas que describo encuentran una explicación-espejo. Los recursos destinados al Insabi han decrecido, al tiempo en que una proporción importante de éstos se destina al fideicomiso del propio instituto. No sabemos cómo se usan una vez que ingresan a ese territorio. Y peor aún: ¡pueden regresar a la Tesorería! Para el uso que el Ejecutivo disponga. Una vez que se reconoció la inviabilidad del Insabi, los recursos que se le destinan son mucho menores (tan bajos que parece que lo desmantelan… aunque, de hecho, eso exactamente se está haciendo). Sin embargo, los recursos no se han reasignado en la misma proporción al IMSS-Bienestar. Usted saque sus conclusiones.
Algunos otros datos adicionales. De enero a abril de 2022, instituciones y organismos del sector salud ejercieron mucho menos de lo que estaba programado en calendario
- Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex) -64% ($1.5 mddp)
- Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía -48% ($200 mdp)
- Hospital General -32% ($144 mdp)
- Instituto Nacional de Cancerología -27% ($103 mdp)
- Centro Nacional para la Salud de la Infancia y Adolescencia -74% ($4.9 mmdp)
En México Evalúa ya estamos pensando en cómo financiar la salud que los mexicanos merecemos. Porque no hay alternativa. A menos que, como el Dr. López-Gatell, nos hagamos los desentendidos.
Porque ahí donde no hay gobierno, el Dr. Simi se convierte en héroe.