Congreso sombra
Ahora que las incertidumbres nos acechan, debemos hacer lo necesario por tener certezas en lo básico: nuestras finanzas públicas.
Edna Jaime (@EdnaJaime) / El Financiero
En los tiempos en que el PRI ocupaba la Presidencia y detentaba holgadas mayorías en el Legislativo, el tema presupuestal era propiedad del Ejecutivo. Particularmente de la autoridad hacendaria. La disputa por la distribución de los recursos se libraba en espacios que no eran los formales. La Cámara de Diputados sancionaba la voluntad del Ejecutivo sin mayor discusión.
La fractura de la mayoría priista en esta Cámara generó dinámicas inéditas. En efecto, a partir de 1997 la autoridad presidencial encontró voces y actores que lo interpelaban, dando por terminada la era de una sola voz. El reflejo de esta nueva realidad también se manifestó en materia presupuestal, con la creación de fondos y ramos que llevaban más recursos a estados y municipios, y en una incipiente pero real discusión legislativa en materia presupuestal. Creímos entonces que nuestro país ingresaba a un estadio político con contrapesos actuantes.
Nuestro Legislativo ha sido un menor de edad en materia presupuestal. Primero por su condición de comparsa del Ejecutivo, luego por los relevos obligados de sus cuadros al no existir la reelección. Pero tampoco se ha ocupado de preparar cuadros de profesionales con capacidades analíticas robustas, que permita un marco de discusión entre pares del mismo talante cuando toca lidiar con una contraparte muy poderosa, la SHCP. El Centro de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados está contagiado de la lógica política del órgano legislativo que lo alberga.
No alcanza a ser una entidad técnica robusta, como la que tienen otros parlamentos en el mundo.
Este rezago en capacidades de nuestro órgano legislativo se ha visto agravado con el arribo de esta administración. El músculo de nuestras oposiciones quedó muy relajado, luego de los grandes acuerdos que implicó el Pacto por México y en esa condición permanece. Eso que vimos como brotes de un poder de contrapeso, hoy es un remedo que no equilibra el poder en realidad. Quizá la lógica del año electoral que se avecina imprima vitalidad en las oposiciones, pero ello no arregla las fallas estructurales de esta importante pieza en nuestro sistema de gobierno.
Para analizar estos temas, el próximo lunes 23 de octubre México Evalúa y Borde Político convocamos al foro que denominamos Congreso Sombra. Así como el Shadow Cabinet que existe en la Gran Bretaña, el nuestro pide prestado el nombre para llamar la atención sobre los temas más relevantes del paquete económico 2018, que adquiere importancia particular por las tareas de reconstrucción que deberán asumirse el próximo año y para lo cual la propuesta de Egresos debe ser ajustada. También por ser el siguiente año electoral con los incentivos que entrañan en la asignación y ejercicio de recursos.
Invitamos en este foro a especialistas de la academia, a legisladores, a centros de pensamiento que conocen del tema para plantear temas urgentes, los de la coyuntura, pero también los estructurales. Porque una visión que mire más allá del próximo ciclo presupuestal debe estar puesta en cómo mantener estabilidad. Esta condición que es la base para cualquier proyecto de desarrollo.
En el foro se analizarán distintas aristas en materia de hacienda pública, pero el eje es cómo elevamos las capacidades del Legislativo en esta materia. Se ha planteado la idea de un consejo fiscal, como entidad profesional en el análisis de estos aspectos, pero también se han propuestos modificaciones a las leyes pertinentes para dar un blindaje a la salud de las finanzas públicas. Lo cierto es que necesitamos a un Congreso vigoroso, como representantes que son (deberían ser) del interés de las mayorías.
Ahora que las incertidumbres nos acechan, debemos hacer lo necesario por tener certezas en lo básico. El vendaval que se avecina por el proceso electoral de 2018 y sus resultados, por lo que parece un ominoso desenlace en las negociaciones del NAFTA, por todo ello necesitamos de un mástil al cual asirnos. Este debe ser el de la fortaleza de nuestros básicos, como dicen algunos economistas, la salud de las finanzas públicas. Sin este mástil, todo puede quedar a la deriva. Discutamos, pues, cómo fortalecerlo.
* La autora es directora de México Evalúa.
Twitter: @EdnaJaime