Calidad de la información y combate al crimen

Dada la necesidad que tiene la sociedad mexicana de políticas públicas adecuadas para combatir al crimen, resulta indispensable contar con datos que muestren, lo más fielmente posible, la incidencia delictiva que se vive en los municipios del país.

Jesús A. Gallegos Segura / Animal Político

Recientemente, México Evalúa ha puesto a debate la confiabilidad de los datos de los delitos del fuero común publicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). En particular, encontramos indicios de que algunos delitos de alto impacto pudieran ser contabilizados como delitos de menor gravedad, por ejemplo, que se clasifiquen las lesiones dolosas por amenazas.

Asimismo, en octubre de este año, el investigador Carlos Galindo del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República (IBD) ha señalado importantes discrepancias entre las defunciones por homicidios reportadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el número de homicidio doloso registrados por el SESNSP en el periodo 1997-2015. Específicamente, este instituto ha subrayado diferencias notables en algunas entidades como el Estado de México e Hidalgo.

El estudio de la confiabilidad de las fuentes de información en temas de seguridad pública es crucial para el diseño de políticas públicas adecuadas. Tomando en cuenta que el gobierno federal o algún gobierno estatal pretenda destinar recursos o crear mecanismos para disminuir la inseguridad en los municipios con las tasas más altas de homicidios, ¿cuáles serían las implicaciones de utilizar distintas fuentes de información? Si seleccionáramos los municipios, por ejemplo, con base en los datos del SESNSP, ¿podríamos estar descartando otros municipios con igual o mayor incidencia de violencia debido a la falta de confiabilidad de los datos? Este breve análisis aborda estas interrogantes. Para ello, compara los datos de averiguaciones previas y carpetas de investigación de homicidios dolosos del fuero común en el ámbito municipal registradas en el SESNSP con los registros de defunciones por presunto homicidio obtenidos de los certificados de defunción reportados por el INEGI en 2015. En este artículo se hace énfasis en la revisión de los datos del SESNSP, ya que son los más utilizados en el diseño de políticas públicas.

Metodología

Una manera de abordar las implicaciones del uso de distintas fuentes consiste en realizar a partir de cada una de éstas un ranking de todos los municipios del país (excluyendo los municipios de Oaxaca) en función de su tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes y compararlos.[1] Se espera que el orden de los 1 mil 887 municipios en la clasificación obtenida con los datos del SESNSP sea casi igual al del ranking obtenido con los datos del INEGI. En caso contrario las diferencias en la determinación de cuáles son los municipios con mayores tasas de homicidios podrían provocar que se subestime el problema de la violencia y el crimen en algunas áreas.

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Resultados

Al hacer esta división por quintiles se espera que la gran mayoría de los municipios del quintil V basado en los datos del INEGI corresponda con los del mismo quintil construido con los datos del SESNSP. Sin embargo, como se puede observar en el cuadro 2, 118 municipios -esto es el 31 por ciento- de los 377 municipios con mayores tasas de homicidios de acuerdo con el INEGI no se encuentran dentro de los municipios con mayores tasas de homicidios según los datos del SESNSP. Es necesario aclarar, como han señalado José Merino, Marisol Torres y Óscar Elton de Data4, que la tasa de homicidios en un municipio suele incrementarse cuando éste tiene pocos habitantes en términos relativos. En este sentido, 58 de los 118 municipios en cuestión poseen tasas mayores a 22 homicidios por cada 100 mil habitantes a pesar de que sólo registraron, en términos absolutos, de uno a cinco presuntos homicidios según los datos del INEGI.

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Por otra parte, en algunos de estos 118 municipios los datos del INEGI revelan una mayor intensidad en la incidencia de homicidios en 2015 en comparación con las cifras del SESNSP. Por ejemplo, en el municipio de Juárez (Chihuahua) se presentaron 399 presuntos homicidios en 2015 -28 por cada 100 mil habitantes- según los datos del INEGI. Sin embargo, en las cifras del SESNSP sólo se reportaron 269 averiguaciones previas por homicidio doloso -19 por cada 100 mil habitantes- durante ese mismo año. A su vez, en el municipio de Las Choapas (Veracruz), se presentaron 28 presuntos homicidios -34 por cada 100 mil habitantes- de acuerdo con el INEGI, mientras que los datos del SESNSP reportaron sólo ocho homicidios dolosos -nueve por cada 100 mil habitantes- en 2015.

Como se puede observar en el cuadro 3, en algunos municipios existen diferencias de 40 por ciento o más en las tasas de homicidios entre ambas fuentes. A pesar de que, en promedio, la tasa de homicidios del SESNSP se encuentra entre 2.0 a 3.6 unidades por debajo de la tasa del INEGI debido a que esta última se refiere al número de personas fallecidas, mientras que el SESNSP contabiliza averiguaciones previas o carpetas de investigación (donde pueden existir más de una víctima)[2], las diferencias en las tasas en algunos de estos municipios resultan atípicas[3]. Este hallazgo pudiera indicar que, probablemente, el SESNSP y el INEGI revelan distintas realidades sobre la gravedad de la incidencia de homicidios en algunos municipios del país. Además, estas considerables discrepancias generan suspicacias sobre la información de incidencia delictiva que proveen, particularmente, algunas procuradurías estatales.

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Conclusiones

Dada la necesidad que tiene la sociedad mexicana de políticas públicas adecuadas para combatir al crimen, resulta indispensable contar con datos que muestren, lo más fielmente posible, la incidencia delictiva que se vive en los municipios del país. Los datos del SESNSP son de especial interés debido a que algunas de las políticas públicas más importantes que se han llevado a cabo en materia de seguridad han sido diseñadas con base en esta fuente de información. Además, estos datos han sido utilizados en documentos oficiales como punto de referencia para determinar si la incidencia delictiva en el país ha aumentado o disminuido.

Los resultados encontrados revelan que, probablemente, los datos del SESNSP no muestran adecuadamente la incidencia de homicidios en algunos municipios del país. Como se pudo observar, en algunos municipios existen diferencias alarmantes entre las cifras de averiguaciones previas y carpetas de homicidios dolosos reportadas por el SESNSP y el número de presuntos homicidios del INEGI en 2015.

Cabe resaltar que la información de defunciones del INEGI se recaba mediante un formato estandarizado -los certificados de defunción- y son concentrados además por la Secretaría de Salud. Desgraciadamente, los datos del INEGI no son apropiados para la toma de decisiones de política pública debido a que se generan con casi dos años de retraso, mientras que la información del SESNSP se publica con tan solo un mes de retraso. Sin embargo, una comparación sistemática entre las dos fuentes de información nos daría pauta para saber si es necesario mejorar la calidad de los datos publicados por el SESNSP.

Con estos resultados se pretende resaltar la importancia de establecer mecanismos de transparencia y metodologías estandarizadas que aseguren la confiabilidad de los datos delictivos en México. Se recomienda que cada procuraduría especifique claramente al SESNSP la manera en que clasifican los delitos. Asimismo, se podrían crear instancias independientes que ayuden a verificar si los datos recopilados son veraces a través de auditorías a los procedimientos de clasificación, recopilación y captura de los datos delictivos; particularmente, cuando se documenten discrepancias sustanciales entre diferentes fuentes de información o existan patrones atípicos en los datos.

* Jesús A. Gallegos Segura es investigador del área de seguridad de México Evalúa. El autor agradece la edición de Laurence Pantin y Gerardo Piña, las visualizaciones de Miguel Cedillo y los comentarios de Jonathan Furszyfer, Jimena David y Alan López.

En esta liga se encuentran los datos y el código (do-file) de Stata.

[1] Se han excluido los municipios del estado de Oaxaca debido a que los datos de averiguaciones previas y carpetas de investigación del SESNSP no cuentan con información precisa a nivel municipal sobre el número de delitos del fuero común que sucedieron en esta entidad.

[2] Además, presumiblemente, los eventos registrados en el SESNSP han pasado por algún filtro pericial, mientras que los datos del INEGI se refieren a un primer diagnóstico sobre la causa de fallecimiento del individuo.

[3] Se trata de un intervalo de confianza al 95% utilizando únicamente los 1 mil 887 municipios que han sido sujetos de análisis (se excluyen los municipios de Oaxaca).