A río revuelto, ¿ganancia de pescadores?
Los legisladores han encontrado una provechosa zona de confort que implica la renuncia a algunas de sus atribuciones. Ojalá se decidan a incidir y acompañar en el proceso de reconstrucción de una manera positiva para que los pescadores se queden, en esta ocasión, con las manos vacías.
Edna Jaime (@EdnaJaime) / El Financiero
La tierra nos sacudió. Después del tremendo impacto tenemos dos opciones. Replantearnos o seguir igual. Lo primero implica tomar decisiones en lo inmediato para que los trabajos de reconstrucción se realicen de la mejor manera posible. Y en este proceso sacar lo mejor de las instituciones que tendrán alguna función en la reconstrucción, sobre todo las que deberán vigilar y controlar que éstas se desarrollen por los cauces correctos. También tenemos la opción de seguir haciendo las cosas de la misma manera, lo que abre la oportunidad para que se saqué provecho de la emergencia. En esta coyuntura se aplica el dicho de “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Y la pregunta es si dejaremos lucrar a los pescadores de siempre.
Hay instancias en el Estado mexicano que serán clave los próximos meses. Sin duda los ejecutivos federal y estatales deberán gestionar proyectos en lapsos breves. Pero también importantes serán las instituciones que tienen funciones de vigilancia y control.
Particularmente la Cámara de Diputados, por sus atribuciones en materia presupuestal y por su función de contrapeso al Ejecutivo en el ejercicio de recursos públicos.
En semanas pasadas se presentó el Proyecto de Presupuesto de Egresos para 2018 y la Cámara de Diputados debe estudiarlo para emitir ajustes y eventualmente aprobarlo. En lo que corre de esta administración, la Cámara de Diputados se ha convertido en una instancia sumisa que avala, mas no examina, no propone, no vigila lo que somete a su consideración el Ejecutivo. Ante la emergencia y la necesidad de financiamiento para la reconstrucción, debería de asumir una postura más activa para encontrar entre los distintos rubros que componen el proyecto de Egresos, aquellos aspectos que pueden modificarse para liberar recursos para la reconstrucción.
Igual de importante es su función en materia de fiscalización. Tarea que ejercita a través de la Auditoría Superior de la Federación, su brazo técnico. Por efecto a las reformas a la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas, promovida en 2016, la ASF cuenta con atribuciones para fiscalizar en tiempo real y su alcance es más amplio en lo que atañe al ejercicio de recursos en estados y municipios. En buen momento dimos a la Auditoría mayor potencia. Como nunca antes, habrá recursos de fondos de emergencia que deberán ser fiscalizados con especial cuidado, para que no se conviertan en botín de algunos gobernadores que ven en los desastres naturales la oportunidad para hacer de las suyas.
La propia ASF tiene observaciones de la mayor relevancia al uso de estos fondos en el pasado. Habría que revisarlas con especial cuidado para poder detectar dónde están los riesgos en el uso de estos dineros y plantear medidas preventivas que eviten el uso desaseado de los mismos.
En las próximas semanas, también debería el Legislativo darse a la tarea de someter a examen el financiamiento a partidos políticos. Suena como poner la iglesia en manos de Lutero, ciertamente, pero es necesario revisar de manera urgente los mecanismos de fiscalización de estos los recursos. Lo que existe no funciona y las campañas electorales detonan corrupción. Una simbiosis que nos urge corregir. Para que las salidas falsas (i.e. desaparecer el financiamiento público) no se conviertan en atractivas a los ojos de la mayoría.
Los legisladores han encontrado una provechosa zona de confort que implica la renuncia a algunas de sus atribuciones. En materia presupuestal hace tiempo que tiraron la toalla a cambio de intercambios inconfesables ante los ojos de los ciudadanos. Los legisladores pueden continuar en la misma dinámica, que al cabo le quedan pocos meses productivos a esta legislatura. Saltarse el evento que nos cimbró hace algunos días y continuar como si nada.
Pueden también aprovechar este momento para apropiarse de lo que les corresponde en nuestro sistema de gobierno. Cuentan con atribuciones y los instrumentos para incidir y acompañar en el proceso de reconstrucción de una manera positiva. Ojalá se decidan a hacerlo, para que los pescadores se queden, en esta ocasión, con las manos vacías.