Policía desprotegida: Ruta para su dignificación laboral. Caso Ensenada


A pesar de los esfuerzos aislados que distintas autoridades y gobiernos han hecho en los últimos años para fortalecer a las policías municipales, la realidad es que estas corporaciones apenas subsisten con personal muy reducido, el cual, a su vez, recibe salarios bajos y equipamiento en mal estado, en horarios de trabajo extenuantes y con acceso a muy pocas prestaciones laborales.
Para los policías, la falta de condiciones laborales óptimas añade una capa de complejidad y riesgo a su trabajo. Los policías municipales suelen ser el primer contacto con la población ante una emergencia, y son la primera línea de defensa ante la ola de inseguridad que afecta a todo el país. Al mismo tiempo, las policías municipales son una de las instituciones de seguridad con menos confianza entre la sociedad. Pero detrás de esa mala percepción, hay una falta sistémica de financiamiento y muy poco apoyo gubernamental que las ha rezagado, y que no les ofrecen las condiciones óptimas para ejercer su labor.

Lo más alarmante es que son los propios municipios quienes vulneran las condiciones laborales de sus trabajadores, los policías. Las prestaciones laborales no deben ser vistas como un reconocimiento o un premio a la labor policial, sino que son un compromiso del Estado con los protectores del orden público, y están reconocidas desde los reglamentos municipales hasta en la misma Constitución Política. Su cumplimiento es, por lo tanto, obligatorio.