El Anexo para la Igualdad entre Mujeres y Hombres en el PPEF 2022 es irrelevante
Por Mariana Campos y Xhail Balam
Lograr la igualdad de género y combatir la violencia contra las mujeres y niñas es un reto permanente en este país, y en la contingencia actual, provocada por la pandemia por covid-19, lo es aún más. Durante 2020, por poner de frente sólo un par de datos, se registraron 220,031 casos de violencia familiar en contra de ellas, el mayor número desde 2015 (106,603 casos)[1], y siete de cada 10 empleos que se perdieron en el primer trimestre de 2020 y 2021 eran de mujeres[2]. Por lo demás, solamente 45 de cada 100 mujeres en edad de trabajar lo hace, versus 78 de cada 100 hombres; y por cada 87 pesos mensuales que recibe en promedio una mujer por su trabajo, un hombre recibe 100[3]. Además, las mujeres destinan 2.6 veces más tiempo que los hombres al trabajo no remunerado.
En este contexto, el Anexo para la Igualdad entre Mujeres y Hombres[4] en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para 2022 es clave (o debería serlo) para reducir la violencia, la discriminación y garantizar la igualdad de género. Para el próximo año el Anexo tiene asignados 235.9 mil millones de pesos; su monto es 77.2% (102.8 mmdp) mayor que el aprobado para este año. Acumulará cinco años consecutivos de incrementos que superan el 10% anual, siendo el de 2022 uno de los más relevantes.
A la vista de tales aumentos, esta administración podría pasar a la historia como la que destinó más recursos para garantizar la igualdad entre mujeres y hombres. No obstante, la realidad es otra. Desde 2019 son los programas prioritarios del presidente, que poco o nada tienen que ver con la igualdad de género, los que han impulsado el incremento en el presupuesto del Anexo, en detrimento de los programas que sí implementan acciones con perspectiva de género o que indirectamente contribuyen a reducir las brechas existentes.
Aunque la perspectiva de género se incorpora desde 2008 en el PPEF, seguimos sin tener una metodología[5] para decidir con eficiencia y sentido de oportunidad qué programas presupuestarios y cuántos recursos se asignan al Anexo, lo cual se refleja en la inclusión de programas que poco o nada tienen que ver su objetivo. Y es que a pesar de que la Oficina de Presidencia, la ONU y la SHCP desarrollaron en su momento una metodología para crear un Anexo que vincula los programas presupuestarios con el Objetivo 5 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible –el cual busca “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”[6], y quedó plasmado a partir del PEF 2018–, ésta resulta prácticamente ignorada cuando se ‘diseña’ el Anexo para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, que busca el mismo fin.
Si no existe tal metodología en el Anexo para la Igualdad, ¿cómo podemos identificar qué programas entre todos los que ‘contiene’ están efectivamente relacionados con su objetivo en el PPEF 2022? De entrada, podemos compararlos con los del Anexo vinculado al Objetivo 5. Así descubrimos que 21 programas son compartidos por ambos anexos[7].
Descubrimos cuatro programas más en el Anexo para la Igualdad que no están en el vinculado a los ODS, pero que sí implican acciones encaminadas efectivamente a la igualdad. De esta forma obtuvimos un total de 25 programas con estas características, que suman un total de 16.4 mmdp. ¿Es eso sustancial? Difícilmente, pues representan sólo 6.9% del presupuesto total del Anexo. Hay que subrayar que la participación de estos programas en el total del Anexo se ha reducido en los últimos tres años; en 2019 representó 14.8%, y este año su participación fue de 9.5%.
Estos programas tienen diversas metas relacionadas con la igualdad. La principal es fomentar la participación y el liderazgo de mujeres, seguidas por la de garantizar el acceso a la salud de mujeres y niñas y la relacionada con los servicios de cuidados. También se destinan recursos para la eliminar todas las formas de violencia contra mujeres y niñas, pero en menor medida. A pesar de que 15 estados tienen activa la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM), esta meta tiene un presupuesto de sólo 721.2 mdp, y con respecto al PEF 2021 se quedará prácticamente igual.
Analicemos el presupuesto que se propone para un tipo muy sensible de programa…
Programas de cuidado infantil
Entre los programas de este Anexo, consideramos que aquéllos que proveen o subsidian los servicios de cuidados son esenciales para reducir la carga de trabajo no pagado de las mujeres y permitirles acceder al mercado laboral. En México, a pesar de que existen tres programas públicos para este fin, sólo el de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadores de Bienestar, por su diseño, apoya realmente a las mujeres que quieren entrar al mercado laboral, ya que está focalizado en aquéllas que no cuenten con seguridad social. Recordamos que las Guarderías del IMSS y las Estancias del ISSSTE se ofrecen a hijos de mujeres una vez se ingresan al mercado laboral y cuentan con seguridad social.
En 2022 se plantea un presupuesto de 19,873 mdp para estos programas. Con respecto al monto aprobado para este año habrá un incremento de 4.2% (810 mdp). Pues bien, las Guarderías del IMSS, con un presupuesto de 14,450 mdp, contarán con 6.5% más recursos que los aprobados para este año, seguidas por el programa de Bienestar, con 2,785 mdp y un incremento de 0.1%. Las Estancias del ISSSTE contarán con 2,637 mdp para financiar sus servicios, pero ese presupuesto será 2.5% menor al aprobado en el PEF 2021.
Con esta asignación de recursos la brecha existente entre el financiamiento de los servicios de cuidado infantil para las mujeres que cuentan con seguridad social y las que no la tienen se mantiene: 14% del presupuesto se destinará al programa de Bienestar y 86% a las Guarderías del IMSS y Estancias del ISSSTE.
Aunque el número de beneficiarias de las Guarderías del IMSS y del programa de Bienestar es muy similar, el presupuesto de este último es 81% menor, lo cual se refleja en el gasto por beneficiario. Se destinan aproximadamente seis veces más recursos por beneficiario a los servicios de cuidado infantil del IMSS y el ISSSTE que a los subsidios para los hijos de familias sin seguridad social. Con los niños atendidos hasta junio de este año, calculamos que para el 2022 se destinarán anualmente 93,967 pesos por niño en guarderías del IMSS y 104,918 pesos por niño en estancias del ISSSTE, mientras que el subsidio anual por niño del programa de la Secretaría de Bienestar será de 15,839 pesos aproximadamente (incluyendo a los beneficiarios de los apoyos de cuidado infantil y del Seguro de Vida para Jefas de Familia).
Estos datos se insertan en un contexto preocupante. En los últimos tres años el gasto por beneficiario del programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras se ha mantenido estancado. Lo cual es el resultado de recortes en su presupuesto y de las modificaciones del programa a lo largo de esta administración. Veamos:
- El primer cambio ocurrió en 2019, cuando se modificó la operación y el nombre del programa[8]. En 2018, cuando el programa subsidiaba el gasto de los infantes en las Estancias Infantiles, se destinaban aproximadamente 13,554 pesos por niño al año. En 2019, bajo la nueva modalidad, el gasto por infante fue de 11,164 pesos: se redujo 18% con respecto a 2018, cuando se comenzaron a entregar subsidios bimestrales de 1,600 pesos por niño a las madres beneficiarias.
- La segunda modificación ocurrió este año, a partir de la cual el programa empezó a contar con dos modalidades. La modalidad A continúa con los subsidios bimestrales de 1,600 pesos por hijo a las madres trabajadoras; la modalidad B, que se anexa a partir de la extinción del fideicomiso del programa Seguro de Vida para Jefas de Familia, otorga apoyos a los infantes y adolescentes en orfandad materna con madres fallecidas desde el mes de marzo de 2013 en adelante. Los apoyos son mensuales y van desde los 360 a 1,200 pesos, dependiendo de la edad, con el objetivo de contribuir a la manutención, educación y desarrollo integral de los infantes en orfandad.
El programa de Bienestar es relevante porque su población objetivo son madres que no cuentan con seguridad social. Recordemos que en el país 56 de cada 100 mujeres que trabajan tienen un empleo informal. Por tal motivo, los servicios de cuidado infantil que atienden a la población abierta son indispensables para reducir las cargas de cuidado y facilitar el acceso y la permanencia en el mercado laboral de las mujeres con hijos, principalmente de aquéllas con menores ingresos.
Este análisis deja claro que el Anexo para la Igualdad entre Mujeres y Hombres tiene un problema metodológico, y que hoy más que nunca es necesario corregir. No basta sólo con destinar más recursos al Anexo, sino que también es necesario que éstos se asignen a programas presupuestarios que desde sus Reglas de Operación y diseño cuenten con perspectiva de género y contribuyan con acciones a lograr la igualdad de género.
[1] De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. https://drive.google.com/file/d/1mnvTELZwrS8GV8X2fmzPu2JxpA-gN21-/view
[2] De acuerdo con datos del Inegi.
[3] De acuerdo con datos de la ENOE al segundo trimestre de 2021.
[4] En este Anexo el Gobierno federal destina recursos a través de programas presupuestarios para promover actividades que contribuyan a la igualdad entre mujeres y hombres.
[5] Y esta carencia se revela en la Evaluación número 1587-DS: “Política Pública de Igualdad de Género” de la ASF, disponible en: https://www.asf.gob.mx/Trans/Informes/IR2017c/Documentos/Auditorias/2017_1587_a.pdf
[6] En 2015 México firmó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En ella se establecieron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Para este fin se desarrolló una metodología que identifica los programas presupuestarios que pudieran contribuir al logro de los ODS a partir de sus objetivos, los posibles beneficios en el cumplimiento de los ODS y su tipo de contribución (directa o indirecta). Los ODS quedaron vinculados al PEF a partir de 2018.
[7] Se excluyeron los programas del IMSS, ISSSTE, Pemex y CFE por estar financiados con recursos propios.
[8] Antes se llamaba Programa de Estancias Infantiles y otorgaba apoyos para la creación de Estancias Infantiles afiliadas a la Secretaría de Bienestar (antes Sedesol) y subsidiaba el gasto de los infantes que acudían a estas.