10 razones para transformar la realidad
La Iniciativa de Ley General de Responsabilidades Administrativas (#Ley3de3), elaborada por tres acreditados abogados y comentada y promovida por mexicanos de distintos signos y orígenes, es un primer indicio de que las cosas pueden cambiar.
Este grupo de ciudadanos, entre los que me incluyo, no acepta a la corrupción como un elemento integrado a nuestra idiosincrasia. Lo contrario: alberga una expectativa positiva de construir las condiciones institucionales para prevenirla y controlarla adecuadamente. Pero tampoco hay ingenuidad. Un sistema anticorrupción como el que se pretende construir implica controlar y limitar el poder. Y quien lo ostenta regularmente no quiere regulaciones sobre el mismo. Es por eso que para avanzar en esta dirección se requerirá un impulso ciudadano mayúsculo. Sin esta palanca, no llegaremos muy lejos.
En la exposición de motivos de dicha iniciativa de ley es posible detectar un fuerte componente de “contraloría social” como condición sine qua non para la existencia de un sistema efectivo de rendición de cuentas. El texto señala que sin esquemas de participación ciudadana, ningún sistema anticorrupción es capaz de detectar, por sí mismo, áreas de riesgo, redes o actos individuales de corrupción, por lo que la participación de la sociedad resulta indispensable para avanzar en un sistema que funciona cabalmente.
En otras palabras, como se señala en un extracto del eslogan de promoción de la #Ley3de3, “pedir a los políticos que resuelvan el problema de la corrupción es como pedirle a un futbolista que sea el árbitro de su propio partido”. Por esta razón, el componente ciudadano será determinante. Una primera oportunidad de participar es suscribiendo la #Ley3de3 que pretende ingresar a la discusión legislativa como iniciativa popular. Para ello se requiere la firma de 120 mil mexicanos.
Sobran razones para que suscribamos este esfuerzo. Presento 10, con lo que pretendo convencerte. Al firmar la iniciativa:
I. Manifiestas la urgencia de muchos mexicanos por lograr “tolerancia cero a la corrupción” al establecer que cualquier acto de corrupción es una afectación al orden público, sin importar la gravedad del daño causado, el monto económico implicado y la situación o estatus de las personas o instituciones afectadas.
II. Dotas al Estado mexicano de un instrumento legislativo que permite definir, tipificar, catalogar y especificar en qué consiste la corrupción, qué tipos de corrupción existen y reducir el margen de interpretación y discrecionalidad sobre quién y bajo qué condiciones una persona es sujeta de responsabilidades administrativas.
III. Permites que los mexicanos tengamos un Registro Nacional de Servidores Públicos Sancionados por corrupción, el cual será pieza clave para que las instituciones del Estado mexicano cuenten con funcionarios honestos, además de que evitamos que personas asociadas con conductas corruptas obtengan candidaturas a cargos de elección popular.
IV. Otorgas la oportunidad de que nuestra democracia consolide un verdadero y eficaz Sistema Nacional Anticorrupción para que las autoridades a cargo de la investigación y la imposición de sanciones cuenten con herramientas jurídicas y técnicas adecuadas para enfrentar la complejidad del problema.
V. Contribuyes al establecimiento de nuevos mecanismos y vías institucionales que promueven la corresponsabilidad y la participación de la sociedad en el combate a la corrupción.
Al no firmar la iniciativa:
VI. Aceptas el statu quo. La del equilibrio triste de nuestra economía. ¿Por qué? La corrupción lleva a la ineficiencia económica al distorsionar la asignación de capital humano, tecnología y capital. Además de desalentar la inversión extranjera directa en nuestra economía.
VII. No reconoces la afectación de la corrupción en tu propio bolsillo. Existe una correlación positiva entre los altos niveles de percepción de corrupción y los bajos niveles de Producto Interno Bruto per cápita.
VIII. No eres solidario con el sistema educativo mexicano y la calidad de la educación, ya que la evidencia señala que los países altamente corruptos tienen niveles más bajos de capital humano en términos de años de educación de su población de menos de 25 años.
IX. No eres considerado con los emprendedores de México y la creación de nuevos empleos, ya que la corrupción favorece la búsqueda de rentas y tratamientos preferenciales en lugar de la innovación.
X. No eres solidario con los más de 50 millones de mexicanos que viven en condición de pobreza, ya que la corrupción es uno de los obstáculos más grandes para el combate a la pobreza porque desvía los recursos y servicios públicos de quienes más los necesitan.
Con todo lo anterior, si tú, lector, lectora, tienes interés en contribuir con este proyecto, entonces estás llamado (y comprometido) a la acción. Te invito a que ingreses al sitio ley3de3.mx, conozcas la iniciativa y descargues el formato con las instrucciones para que puedas suscribir la propuesta e invitar a las personas cercanas a ti a firmarla.
Espero que estos 10 puntos te hayan animado a firmar.