10 ideas que salvan vidas
Cynthia Castañeda y Mariana Nolasco / Animal Político
Cifras oficiales parecen indicar que 2017 fue el año más violento en la historia reciente de México. #MxSinHomicidios, la representación en México de la campaña regional #InstintodeVida, tiene el claro propósito de plantear respuestas para reducir los homicidios, un problema que, entre otras cosas, inhibe la inversión en nuestro país y nos está arrebatando generaciones de jóvenes.
Esta semana, 10 expertos internacionales y nacionales aceptaron el reto de exponer en 10 minutos su experiencia en la reducción de homicidios. Nos compartieron tanto anécdotas y provocaciones, como hipótesis y estadísticas, para dejarnos al final cada uno con una propuesta muy concreta, una idea formulada desde su campo de especialización. Al final del foro lo que nos quedó es sin duda un mensaje claro: reducir las muertes violentas no sólo es urgente, sino posible.
La tragedia nos ha rebasado; el número de homicidios ya no es impactante, ni para los medios de comunicación ni para el público que los lee, escucha o ve en la televisión. Para Carlos Puig la respuesta puede estar en dejar de contar estadísticas para mejor explicar los homicidios como fenómenos particulares, con historias que tienen nombre y apellido, tienen localización y circunstancias específicas al contexto. Si fuéramos capaces de explicar los homicidios, tal vez habría más posibilidades de encontrar soluciones.
Fue en el contexto de extrema violencia que Colombia vivió durante la década de los noventa que surgió Fundación Ideas para la Paz. En aquellos años en los que cada dos días se secuestraba a un colombiano, un grupo de empresarios que buscaba entender el fenómeno y encontrar soluciones para fortalecer la institucionalidad frente a la violencia, optó por fundar este centro de investigación que hoy es uno de los think tanks más importantes de América Latina y realiza propuestas de política pública para, entre otras cosas, reducir la violencia. María Victoria Llorente, Directora Ejecutiva de la FIP, cree que el apoyo a think tanks e iniciativas ciudadanas como la campaña #InstintodeVida será la diferencia para lograr la disminución de la violencia a través de investigaciones que encuentren patrones de concentración del homicidio y contribuyan a la elaboración de estrategias diferenciadas para combatirla.
El municipio de Zapopan, en el estado de Jalisco ha apostado por la prevención a través de educación, cultura, deporte y empleo, para combatir la inseguridad. El alcalde, Pablo Lemus, explicó cómo los parques biblioteca (basados en el modelo de Medellín, Colombia) en los que se dan talleres para eliminar la violencia doméstica o se emplean a jóvenes, ya están arrojando los primeros resultados en la disminución de la violencia. De esta forma, destacó especialmente la necesidad de que los diferentes niveles de gobierno se comprometan con medidas de largo plazo.
En los últimos dos años, Morelia redujo 18% su tasa de homicidios. Bernardo León, Comisionado Municipal de Seguridad de esta ciudad, explicó que la clave para alcanzar este objetivo es un cuerpo policial más grande, mejor pagado y mejor capacitado para construir una relación cercana con la comunidad para prevenir homicidios. Los policías se han convertido en receptores de denuncias para resolver casos de violencia intrafamiliar, riñas o conflictos vecinales cotidianos que pueden derivar en homicidios; la solución es disuadir con mediación efectiva.
Una de las políticas para atender el problema de homicidios en Sao Paulo, Brasil fue el encarcelamiento masivo; de 1993 a 2016 la población carcelaria creció 800%. Benjamin Lessing, investigador de la Universidad de Chicago contó a la audiencia de “10 acciones que salvan vidas” cómo la implementación de esta política coincidió con la caída de homicidios en el país; sin embargo, ésta no fue una medida eficaz para disuadir el crimen. Al fortalecerse dentro de las cárceles, las pandillas pactaron paz entre ellos y prohibieron los homicidios, pero en cuanto este pacto se rompió, el homicidio repuntó de nuevo. Lo anterior demuestra que políticas de “mano dura” no son soluciones sostenibles ni duraderas.
El año pasado en El Salvador se redujeron 25% los homicidios, argumento que le ha servido al gobierno de El Salvador para legitimar su política de seguridad aún cuando la sociedad civil y organismos internacionales han criticado que tiene un altísimo componente de “mano dura”, aseguró Katherine Aguirre Tobón, investigadora asociada al Instituto Igarapé. La detención y encarcelamiento masivo de jóvenes por parte de el Estado ha derivado en hacinamiento en prisiones, el lugar donde es más visible la peor cara de la política de “mantenimiento del orden”, pues se violan sistemáticamente los derechos humanos. Estas medidas son un atajo político que no aborda las causas de la violencia y no garantiza la reducción de la violencia en el largo plazo. Katherine Aguirre propone un balance entre las estrategias de orden público y las de prevención.
El problema comienza en la forma en que se registran los homicidios. Existen más carpetas de investigación iniciadas por homicidios que número de homicidios registrados; esto hace evidente la falta de capacidades y criterios en los ministerios públicos, misma que ha ocasionado que haya una fotografía clara del problema. Para José Antonio Caballero, profesor-investigador del CIDE, los altos niveles de impunidad se mantendrán así mientras las filtraciones de información, las detenciones o retenciones ilegales y el abuso físico sigan obstaculizando la efectividad y eficiencia en los procesos de investigación cuando se comete un homicidio. Caballero propuso hacer un diagnóstico sobre las deficiencias en la investigación, así como exigir que todos los operadores del sistema rindan cuentas.
Si 33% de las mujeres mueren en su hogar por ahorcamiento o golpes, mientras el 12% de los hombres muere en la calle por arma de fuego, es claro que el género es un factor que determina las dinámicas del homicidio. Desde EQUIS, Justicia para las Mujeres, Ana Pecova y su equipo tienen claro que los asesinatos de mujeres se pueden evitar y se necesitan estrategias diferenciadas para prevenirlos. Una de las propuestas es el fortalecimiento de los Centros de Justicia para las Mujeres, dado que son espacios que pueden captar e interrumpir casos de violencia. Sin embargo, se les debe dotar de certeza jurídica, mayor presupuesto, planes de operación anual, transparencia en la gestión operativa y autonomía, a fin de que en un corto plazo sean capaces de romper ciclos de violencia.
En México no hay programas de intervención integral que favorezcan la reinserción social. El homicidio es el delito más cometido por jóvenes en conflicto con la ley y por esta razón el trabajo de REINSERTA a un mexicano y su Presidenta, Saskia Niño de Rivera, es tan importante. Saskia ha comprobado que es posible alejar a los jóvenes de la violencia a través de cinco ejes de acción: educación, justicia restaurativa, cultura y psicología. .
#SalvarVidasSíesPosible a través de soluciones concretas a problemas específicos, construidas desde lo local. Juan Carlos Garzón, investigador del Instituto Igarapé y de la Fundación Ideas para la Paz, habló sobre la hiperconcentración de los homicidios. En México 46% de los homicidios ocurren en tan sólo 50 de los 2 mil 448 municipios que existen. Dentro de éstos, la violencia homicida se concentra en ciertas colonias, y a su vez, dentro de ciertas calles. Además de concentrarse en lugares, se concentra en personas, en hombres jóvenes. Por lo anterior, Juan Carlos Garzón recomendó pensar que no hay una sola estrategia nacional de seguridad, pues se necesita entender la dimensión de cada municipio, colonia y calle para poder crear estrategias hechas a la medida.
En los próximos días compartiremos cada una de las charlas que nuestros 10 ponentes ofrecieron en “10 acciones que salvan vidas” el 30 de enero en el Museo Memoria y Tolerancia.