En 2020, el 98.6% de los casos de violencia sexual no se denunciaron

  • La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) estima que casi 5 millones de mujeres fueron víctimas de delitos sexuales y/o acoso callejero durante el segundo semestre de 2020.
  • El 98.6% de los casos de violencia sexual que sufrieron las mujeres mayores de 18 años, de julio a diciembre de 2020, no fueron denunciados.
  • Las ciudades que exhiben la mayor cifra negra, muy cercana al 100%, son la Zona Metropolitana de La Laguna, en Durango y Coahuila, Nogales, Sonora, y Tlaxcala, Tlaxcala.

8 de marzo de 2021

La violencia contra las mujeres y las niñas es una pandemia que no hemos logrado disminuir. Se expresa de diferentes formas, y la violencia sexual es una de las caras que menos se conoce y se atiende, pues ni siquiera llega al conocimiento de las autoridades. Por tanto, se mantiene impune en la mayoría de las ciudades del país, con cifras negras por arriba del 90%.

El Día Internacional de la Mujer es la ocasión adecuada para recordar que 2020 fue un año en el que las mexicanas vieron cómo la violencia en sus hogares se incrementó a causa de los efectos de la pandemia. Además, datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), en su edición de diciembre de 2020, revelan que entre julio y diciembre de 2020 el 98.6% de los casos de violencia sexual que sufrieron las mujeres mayores de 18 años no fueron denunciados o no se inició una investigación. Esto quiere decir que los delitos sexuales que sufren las mujeres rara vez llegan al Ministerio Público. Es importante notar que este dato representa una disminución en 1.1 puntos porcentuales con respecto al mismo periodo del año anterior.

Un retrato más preciso de la violencia sexual

Por segunda ocasión, la ENSU estima el número de mujeres que fueron víctimas de violencia sexual. Antes, sólo podíamos conocer el número de investigaciones iniciadas por este tipo de violencia —reportado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, SESNSP— y sin desagregación por sexo. Con estos datos ahora podemos complementar el análisis y obtener un panorama más completo del fenómeno.

Por ejemplo:

Casi 5 millones de mujeres mayores de 18 años sufrieron algún tipo de violencia sexual durante el segundo semestre de 2020. La violencia sexual incluye acoso sexual[1], hostigamiento sexual[2], abuso sexual[3], intento de violación y violación[4].

Para nuestro análisis, seleccionamos la ciudad más poblada por cada estado del país. Después, contrastamos los resultados reportados en la ENSU —víctimas— con el número de carpetas de investigación abiertas por delitos sexuales —acoso/hostigamiento sexual, acoso sexual y violación—. Encontramos que:

El SESNSP reporta una proporción minúscula de la incidencia delictiva real. Para los delitos de hostigamiento/acoso sexual y abuso sexual, la cifra negra alcanza el 99.3%, es decir, 0.5 puntos porcentuales menos que lo reportado el año anterior para el mismo periodo. Entre julio y diciembre de 2020 se dieron a conocer 8,597 carpetas de investigación a nivel nacional por el delito de violación, mientras que la ENSU estima que 194,334 mujeres fueron víctimas de este delito durante el mismo periodo. Esto significa que en el 96.4% de los casos de violación no hubo una denuncia o no se inició una investigación. Sin embargo, es importante mencionar que hubo una reducción de 3.1 puntos porcentuales de la cifra negra con respecto al mismo periodo del año anterior, que registró un 99.4%

Ciudades donde la cifra negra es más alarmante:

  • En la Zona Metropolitana de La Laguna —en Durango y Coahuila, que incluye los municipios de Matamoros, Torreón, Gómez Palacio y Lerdo—, cerca de 19,821 mujeres fueron víctimas de acoso/hostigamiento sexual entre julio y diciembre de 2020. Sin embargo, en estas ciudades se abrieron apenas 77 carpetas de investigación por este delito durante el periodo mencionado. Esto implica una cifra negra de 99.6%.
  • En Nogales (Sonora), 5,515 mujeres fueron víctimas de abuso sexual entre julio y diciembre de 2020. Sin embargo, se iniciaron apenas dos carpetas de investigación por este delito durante el mismo periodo. Esto representa una cifra negra de 99.9%.
  • En Tlaxcala (Tlaxcala), se iniciaron únicamente dos carpetas de investigación por casos de violación entre julio y diciembre de 2020. Según la ENSU, hubo 5,581 mujeres víctimas de este delito durante el mismo periodo. Representa una cifra negra de 99.9%.

En contraste, las ciudades con la cifra negra más baja en violación y abuso sexual son:

  • Benito Juárez, Quintana Roo. Entre julio y diciembre de 2020, el 76.3% de las violaciones que sufrieron las mujeres mayores de 18 años no fueron denunciadas o investigadas.
  • Los Cabos, Baja California Sur. El 90.6% de los casos de abuso sexual de mujeres mayores de 18 años no fueron denunciados o investigados.

Nuestras recomendaciones de política pública

Si bien es cierto que en el último año se ha visibilizado mucho más la violencia sexual en contra de las mujeres (hecho que comprobamos al observar la disminución de la cifra negra a nivel nacional) la realidad es que aún falta muchísimo camino por recorrer. Urge derribar el muro institucional que repele la denuncia y alimenta la impunidad en la violencia contra las mujeres.

Nos sumamos a la exigencia por atender la violencia en contra de las mujeres. Se debe reforzar la actual estrategia de prevención y erradicación de la violencia en contra de las mujeres, hacer un uso eficiente de los recursos públicos y mejorar la coordinación con los gobiernos locales. A continuación, nuestras recomendaciones:

  1. Formular una política focalizada de reducción y prevención de los homicidios que atienda de manera diferenciada los factores y las dinámicas asociados a la violencia letal contra las mujeres y contra los hombres. La estrategia debe atender las características y los patrones espaciales de las zonas de mayor concentración de homicidios, mediante la coordinación entre los tres órdenes de gobierno, empresarios, académicos y sociedad civil.
  2. Garantizar el cumplimiento de las órdenes de protección y las medidas precautorias para las mujeres que ya han sido violentadas física y emocionalmente. Ejemplo de un programa exitoso es el denominado Pulso de Vida[5], que ya ha sido implementado en diversos municipios de Jalisco.
  3. Fortalecer económicamente y con personal capacitado los refugios para mujeres y los centros de justicia. Este tipo de instituciones recibió un fuerte recorte de su presupuesto en 2020. Si queremos revertir el incremento de los homicidios de mujeres, debemos generar espacios en donde las mujeres víctimas de violencia puedan refugiarse de sus agresores.
  4. Identificar factores de riesgo y conductas vinculadas con la violencia de género, a través de los mecanismos de justicia cívica. La información que se genera sobre los infractores y las dinámicas de convivencia pueden servir para diseñar programas preventivos y acciones que eviten el escalamiento de violencia contra las mujeres.

CONTACTO DE PRENSA

Cynthia Castañeda
Cynthia.castaneda@mexicoevalua.org
55 2302 9582


ANEXO

Consideraciones metodológicas: para la ENSU, el personal del INEGI entrevista a cerca de 22 mil 158 personas cada trimestre a partir de las cuales se hace inferencia estadística para generalizar los resultados a nivel de las ciudades. Dicha inferencia emplea factores de expansión que determinan la representatividad de cada individuo que responde la encuesta. Las ENSU tiene una representatividad a nivel de ciudad, pero no de estado. Al igual que otras encuestas del Inegi, la ENSU no es infalible y el solo hecho de ser una encuesta implica que tiene un pequeño margen de error. Los detalles técnicos de la ENSU pueden ser consultados en el sitio del Inegi.

Debido a la imposibilidad de obtener una diferenciación por sexo a partir de los datos del Secretariado, se consideró la relación de sexo en casos de violencia sexual reportada en la ENSU y dicha relación se aplicó a las carpetas de investigación por municipio, para así obtener una aproximación de los delitos sexuales cometidos contra las mujeres.

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[1] Acoso sexual. Consiste en asediar a cualquier persona mediante conductas de naturaleza sexual, sea de forma verbal, física o ambas, aprovechándose de cualquier circunstancia que le produzca desventaja, indefensión o riesgo inminente.

[2] Hostigamiento sexual. Consiste en molestar repetidamente a cualquier persona con fines lascivos, en donde el agresor valiéndose de una posición jerárquica derivada de una relación laboral, docente, doméstica, o cualquier otra que genere subordinación, se aproveche de la necesidad o desventaja de la persona afectada, para solicitar o ejecutar cualquier acto de naturaleza sexual.

[3] Abuso sexual. Consiste en realizar a una persona sin su consentimiento actitudes y/o comportamientos sexuales o lascivos, sin el interés de copular, o cuando se le obligue a observarlos o ejecutarlos.

[4] Violación. Al que por medio de la violencia física o moral realice cópula con persona de cualquier sexo. Se entiende por cópula, la introducción del miembro viril en el cuerpo de la víctima por vía vaginal, anal u oral, independientemente de su sexo. Se considerará también como violación, al que introduzca por vía vaginal o anal cualquier elemento o instrumento distinto al miembro viril, por medio de la violencia física o moral, sea cual fuere el sexo del ofendido.

[5]  Consta de dotar de un dispositivo electrónico (del  tamaño de un llavero) a las mujeres que han sido violentadas previamente.  Tras ser activado por la víctima, el sistema envía una alerta al Centro de emergencias, activando la geolocalización y una llamada telefónica que permite estar a la escucha de lo que ocurre en todo momento y arroja datos del expediente de la víctima, información básica de la víctima y del posible agresor, para la identificación por parte de las unidades cercanas a la ubicación del dispositivo que acudan a la atención del llamado.